Nora

(mi historia más grande de amor y la cual no puedo olvidar)

Las noches son un mar de oleaje turbio
que a veces me traen recuerdos
y qué recuerdos los que vuelan esta noche,
de donde hace tantos años se habían quedado durmiendo…


Recuerdos que me van llegando a oleadas
y sugieren otros tiempos, tiempos de más,
facilidad es la palabra que hoy me falta
y que hace tanto no comprendo…


No tengo más que un vago sentimentalismo
dulce y triste pero viejo,viejo como el viejo sabor de viejas lágrimas
y viejo, como el muro de su casa donde aparecía corriendo…


De la mano de su hermana
cuando la estaba queriendo más que a todo lo que quise
,y sobre todo lo entiendo que quiere alguien con 15 años…

Como amaba a Norita no sabrán
en ese entonces todo venía en otros nombres,
desde amarla en secreto
hasta el vivir con la confianza
en que me amaba tras de sus ojos risueños…


Siempre se resumía
en la frase acostumbrada
y para mí todo lo envolvían
tres palabras ciertas como la verdad…

como soñaba con Norita
cuando iba mirando a cualquier sitio sin hacerlo
cuando imaginaba y se peinaba los cabellos claros,
claros como alba y largos, y largos como inviernos
que nunca acababan de estar cerca ni estar lejos
sólo, y tan sólo a mi lado y a mi lado les recuerdo…


Me gustaba Norita
cuando imaginaba que le amaba de hace tiempo
cuando me escribió que era su amor
cuando lo entiendo y además cuando como hoy lo rememoro,
dulce y triste como lágrimas y besos
de mejilla y de la infancia y de hace mucho tiempo atrás…

Como me late el recuerdo por Nora
cuando murió linda y me lo dijeron
cuando en la sorpresa solté el llanto
y el cuaderno en donde decía que la amaba
siempre y cuando fuera eterna como nuestro amor…

Me acuerdo de mi Nora
cuando la llevaron a vivir al cementerio
cuando dejé de ir a clases en las mañanas…

Cuando una madrugada
como cualquier madrugada helada
y gris se me fue muy lejos
lejos más allá de donde van todos los sueños
que han venido desde entonces
y esta noche me repiten
que de joven y en las tardes
amaba a Nora Soledad Alves Lamas, mi Norita.